Los tardígrados serán viajeros interestelares
Visto bajo el microscopio, un tardígrado parece una oruga obesa, con cuatro pares de extremidades rechonchas que terminan en garritas bien afiladas. A algunas personas les recuerdan ositos adorables; otras los ven como monstruos miniaturizados. Pero es su cara la que es inolvidable: no se ven ojos sino únicamente un extraño aparato bucal que se estira y se recoge como un chupo alienígena.