Existen allí peces que comen frutas, semillas que flotan en el viento, frutas suculentas destinadas a la alimentación de los pájaros y los primates, frutas leñosas y duras para una enorme cantidad de roedores, frutas que explotan, otras que son transportadas por murciélagos, semillas que nadan, e incluso semillas tan pequeñas que pueden ser dispersadas por las hormigas.
Shadows in the sun, Travels to Landscapes of Spirit and Desire, Wade Davis
La conciencia ciudadana sobre cómo están conectadas la vida cotidiana en las ciudades y la biodiversidad del Amazonas puede ser la clave para reducir los impactos del cambio climático en Colombia.
John Humberto Madrid Mesa es el director del Centro de Investigaciones Biológicas del Amazonas (CIBA), ubicado en Leticia, Colombia. Desde los años sesenta, este licenciado en ciencias naturales de la Universidad Católica de Oriente es un educador profesional que cree en enseñarle a los niños a hacer ciencia, y mientras más temprano, mejor.
Según expertos colombianos del Smithsonian y la Universidad del Norte, al menos dos pulsos de agua marina cubrieron la Amazonía en ocasiones separadas, explicando en parte la biodiversidad de esta selva. Otras teorías dicen que fue más bien el levantamiento de la cordillera de los Andes.
